La receta del éxito: cómo Eduardo Núñez fusiona en Musiú la alta cocina, gestión y cultura organizacional
Formado en Le Cordon Bleu, Eduardo Núñez descubrió temprano que la cocina podía ser más que una profesión: una forma de conectar con las personas y transformar experiencias cotidianas en momentos memorables.
Su trayectoria, marcada por el rigor técnico y la búsqueda de la perfección, lo llevó de las cocinas de Lima al Restaurante Martín Berasategui en España, con dos estrellas Michelin, y a experiencias en Estados Unidos y Paraguay.
Hoy, Núñez combina esa visión global con una mirada estratégica desde su rol como chef ejecutivo y propietario de Musiú.
"Musiú representa el punto donde confluyen la cocina, el liderazgo y la visión empresarial", afirmó Núñez.
El concepto se basa en una fusión entre sabores de Perú y Venezuela, con un toque de autor y un estándar técnico que busca elevar el nivel gastronómico local.
La cocina, explicó, es disciplina, pero también empatía y gestión. Por eso complementó su formación con una maestría en Solución de Conflictos y actualmente cursa Administración de Empresas, una combinación que le permite liderar con visión integral.

Esa mirada holística se refleja en su equipo y en la estructura de su restaurante, ya que bajo su liderazgo, Musiú es el único restaurante del país certificado por Great Place to Work, un reconocimiento que valida una cultura organizacional basada en el respeto, la comunicación efectiva y el aprendizaje continuo.
Para Núñez, el éxito en la gastronomía no depende solo del sabor, sino de la coherencia entre la técnica, la gestión y el desarrollo humano.
Y en su forma de dirigir combina el rigor profesional con la cercanía, y convirtió al restaurante en un espacio donde la creatividad se vive de manera colaborativa.

Con más de 15 años de trayectoria, Núñez considera que el éxito de una marca gastronómica depende de pilares claros: identidad, consistencia, reputación e innovación.
"Podés tener el mejor local y la mejor comida, pero sin una comunicación coherente y una presencia digital sólida, nadie te conoce", sostuvo.
Esa visión lo llevó a construir una marca que combina técnica, estrategia y emoción, fortalecida por la experiencia del cliente en cada detalle.

Desde Paraguay, el chef impulsa una reflexión más amplia sobre el futuro del sector gastronómico.
Considera que el país cuenta con recursos y talento para posicionarse en la escena internacional, pero necesita invertir más en formación y gestión.
"El que enseña cocina debe tener trayectoria, igual que un cirujano enseña con su experiencia. Solo así se puede formar a profesionales con fundamentos", afirmó.

Para Núñez, el siguiente paso es institucional: un mayor compromiso estatal con la gastronomía como motor de desarrollo.
Propone la creación de una Asociación Paraguaya de Gastronomía y la articulación de políticas públicas que integren al sector turístico y productivo.
Inspirado en modelos exitosos como el peruano, cree que Paraguay puede consolidar su marca país si la cocina se entiende como una herramienta de identidad y crecimiento económico.
Después de ocho años en Asunción, Núñez se considera "un paraguayo más". Su propósito, dijo, es seguir aportando desde la docencia, la asesoría y la innovación para que la gastronomía nacional alcance su máximo potencial.
"La cocina no solo representa sabor y cultura; también es desarrollo, educación y oportunidad", finalizó.