Ramón Conges, Propietario y Fundador de L'uomo: "Yo nací para esto"
"El sueño es lo único que no se compra", afirmó Ramón Conges, Propietario y Fundador de L'uomo. Su historia comenzó en Uruguay, pero se terminó de desarrollar en Paraguay, país al que regresó con la idea de instalar una propuesta diferente para la moda masculina.
Desde joven trabajó por cuenta propia. "Comencé en el mundo del comercio a los 14 años, fabricando y vendiendo productos por mi cuenta. Estudiaba por la noche y trabajaba de día", recordó.
Fue cadete en una boutique y, a los 25 años, ya ocupaba el cargo de gerente en una firma, siendo uno de los más jóvenes con dicho cargo. Durante 10 años se formó en distintas áreas del negocio textil en Uruguay
En 1980, con 37 años, decidió regresar a Paraguay por la invitación de dos amigos uruguayos con el fin de abrir una fábrica de trajes, cosa que por razones mayores no se llevó a cabo. Había llegado al país con tan solo US$ 250.
Conges tenía la firme intención de crear una tienda de moda masculina. Con esfuerzo y determinación inauguró el primer local en 1981 ubicado en la calle Palma, marcando el inicio de una historia de éxito en el sector textil paraguayo.
Durmió en el local, trabajó jornadas de más de 18 horas y se encargó personalmente de tareas administrativas, logísticas y de atención al público. Desde entonces, la marca fue posicionándose dentro del segmento de moda masculina.
Durante la inauguración del primer local, no se colocaron los vidrios en las vitrinas. Sin embargo, según relató, la exhibición de los productos generaba el interés del público, lo que impulsó su visión sobre la importancia de la presentación.

L'uomo introdujo prácticas que en ese momento no eran comunes en el sector, como mantener las luces encendidas hasta la madrugada, ampliar el espacio de las vitrinas y exhibir la mercadería con orden y precios visibles.
Durante su etapa de mayor crecimiento, L'uomo llegó a contar con más de 20 tiendas en todo el país, incluyendo Ciudad del Este, Encarnación, Pedro Juan Caballero, Campo 9 y Coronel Oviedo.
En los últimos años, Conges continuó al frente de cinco tiendas. "Cada apertura para mí es como el nacimiento de un hijo. Siento la misma emoción, la misma responsabilidad", dijo.
Aseguró que nunca persiguió objetivos económicos como prioridad. "Nunca quise ser rico. Lo más importante es que la gente que me conoció diga que fui una buena persona. Que tuve estilo, sí, pero también valores", afirmó. Agregó que su padre le transmitió el valor de la honestidad.
Sostuvo que no se consideraba un jefe, sino un compañero más. "Respeto a todos y quiero que me respeten igual", expresó.

Con más de 68 años en el comercio, Conges se definió como un romántico y un soñador. Pero no uno cualquiera: uno que cumplió lo que soñó.
A pesar de algunos golpes personales y profesionales, nunca perdió su convicción de que el esfuerzo diario y el respeto por los demás eran los verdaderos pilares del éxito.
A veces la felicidad pasa al lado tuyo y no te das cuenta, porque estás apurado por ver el final. Pero aprendí que el trayecto vale más que el destino", reflexionó.
Indicó que su legado no se limita a lo profesional, para él, lo más importante es que sus dos hijas, Camila y Martina, que ya se encuentran en las áreas de marketing y administración, aprendan a ser buenas personas.
Finalmente mencionó que su mayor ambición es la felicidad, su hogar y el éxito de su trabajo. "Que Dios no quiera que pierda mi felicidad a cambio de riquezas. La evolución no para, L'uomo evoluciona día tras día" concluyó.