Forbes Paraguay
27 Abril de 2025 00.00

José Carlo Bogarín: al mando del éxito

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Lidera una de las joyas más valiosas del Grupo Bogarín Automotor que factura US$ 200 millones anuales. Nuevos proyectos, lecciones de su abuelo y el desafío de la tercera generación.

El Grupo Bogarín es sinónimo de visión, legado y expansión en Paraguay. Su historia comenzó hace más de 60 años, cuando José "Chacho" Bogarín fundó una concretera con el sueño de construir un futuro sólido. Con el tiempo, aquel emprendimiento se transformó en un conglomerado que trascendió generaciones y se diversificó en múltiples sectores.

Hoy, Automotor es una de sus joyas más valiosas, liderada por José Carlo Bogarín, quien ha llevado la empresa a nuevas alturas, representando marcas icónicas como Hyundai, Maserati, Isuzu, Geely y KGM SsangYong. Con una facturación anual de US$ 200 millones y un equipo de 700 colaboradores, la compañía no solo crece, sino que redefine el mercado automotor en Paraguay.

En esta entrevista, su CEO nos revela cómo se construye un imperio familiar, las lecciones invaluables heredadas de su abuelo y los secretos para mantener una empresa en constante evolución.

José Carlo Bogarín

¿Cómo nace el Grupo Bogarín?
El grupo fue fundado por mi abuelo, José "Chacho" Bogarín, hace unos 65 años en San Juan Bautista, Misiones, junto con su hermano. Comenzaron con la construcción de calles empedradas, pero siempre fueron entusiastas de los autos: compraban, vendían, reparaban, etc. Poco a poco, mi abuelo fue creciendo y adquiriendo empresas para forjar su camino. Junto con unos amigos, fundó Alfa Motor, el primer representante de Alfa Romeo en Paraguay, que más tarde cambiaría su nombre a Automotor. Con el tiempo, los socios se separaron y él se quedó con Automotor y la representación de Isuzu. Luego, mi padre y mi tío lograron la representación de Hyundai, que hoy en día es el pilar fundamental de la empresa.

¿Qué aprendizajes te dejó tu abuelo?
Tuve la suerte de compartir mucho con él; fui como un tercer hijo. Me hizo participar en innumerables reuniones y viajes, algo crucial para mi formación. Siempre me decía que no le tuviera miedo al dinero. Desde chico me inculcó la cultura del trabajo: me llevaba a los puertos, a la cantera y al campo, porque decía que el trabajo no estaba en la oficina, sino afuera.

Fotografía: Guillermo Fridman
Fotografía: Guillermo Fridman

¿Cuál sería la principal enseñanza que te dejó?
Ser curioso, investigar, averiguar más, tener todas las respuestas y conocer a fondo los temas.

Llegar a la tercera generación en una empresa familiar es un logro. ¿Cuál es la clave?
Esto es algo que mis abuelos tuvieron muy claro desde hace muchos años. Diseñaron una metodología familiar para asegurar la continuidad generacional. Todos los fines de semana nos reuníamos en familia, con mis padres, tíos y primos, para compartir. Creo que este es uno de los pilares fundamentales de nuestra vida empresarial. Fomentamos la comunicación abierta, los valores y la visión de negocio, que terminan siendo elementos complementarios.

¿Cómo empieza tu camino hasta ser CEO de Automotor?
Cuando volví de estudiar en EE. UU., entré al frigorífico Guaraní, que era una sociedad que teníamos hasta 2017. Luego pasé a Automotor. Fue un cambio bastante desafiante porque pasé de estar en comercio exterior, producción y fabricación de alimentos, vendiendo a 70 países, al sector automotor y de lujo.

¿Cómo lograste hacer este cambio?
Desde chicos nos entrenamos en esto porque hablábamos de negocios en familia. Hacemos una administración 360° de todo y conocemos los detalles. Por ejemplo, hicimos cursos de mecánica para aprender sobre los vehículos; nos metemos en los talleres y en la parte de repuestos para entender dónde estamos parados.

En las reuniones familiares hablábamos de estos temas. Podíamos pasar de conversar sobre cemento y construcción a ganadería y campo en un instante. Nos formamos en más de 15 rubros diferentes, lo que nos permite entender cómo y por qué se mueven las cosas y su impacto en otros sectores.

José Carlo Bogarín
José Carlo Bogarín

¿Cómo te definís como CEO?
Me considero práctico, con sentido común y perseverante. Somos un equipo que no se rinde fácilmente y hoy tenemos la oportunidad de aplicar la metodología de prueba y error. Algo que siempre digo es que debemos ser agradecidos por esto, porque hay muchas personas que no tienen la posibilidad de tomar riesgos como nosotros.

¿Cómo sos con tu equipo?
Exigente y perfeccionista, porque al final, esta cultura del perfeccionismo y la atención al detalle se va expandiendo y hace la diferencia con el consumidor final.

También les digo que todos suman; nada resta si se puede capitalizar la información.

¿Cómo reaccionás ante los errores o fracasos?
Respondo rápido y duplicamos los esfuerzos para tratar de enmendar los resultados. Todo se soluciona con trabajo y gestión. Acá tenemos la filosofía de que la clave está en la ejecución. Mientras el partido no termine, hay que seguir intentando. Aprendimos a darle más tiempo a los proyectos y a manejar la ansiedad. Por ejemplo, al inicio vendíamos solo 8 Geely por mes, y la verdad es que daban ganas de llorar, pero hoy ya estamos en 150 unidades mensuales.

Fotografía: Guillermo Fridman
Fotografía: Guillermo Fridman

¿Cómo lograron este crecimiento?
Aplicamos cambios aquí y allá, probando qué funcionaba mejor hasta lograr que el engranaje se moviera solo. No fue fácil, porque por muchos años solo trabajamos con Hyundai e Isuzu, y luego fuimos sumando Geely, KGM, Maserati, maquinaria y camiones.

En el sector automotor hay menos jugadores, pero los que quedan son cada vez más sólidos. ¿Cómo se compite en este contexto?
Tenemos bien clara la película: acá somos tres. El resto de los jugadores está en una situación más complicada, ya sea por las marcas que manejan o por el sobreendeudamiento que tienen. Creo que, con el tiempo, el sector se irá consolidando aún más.

Hubo familias que fueron número uno y, por no saber administrar, perdieron todas sus marcas. Las monomarcas son muy difíciles de sostener por el nivel de inversión que requieren. Para nosotros, que ya tenemos toda la estructura, agregar una nueva marca no implica un costo tan alto como para otros. Aquellos que no se profesionalicen y sigan manejando sus empresas como negocios familiares tendrán más dificultades, porque el nivel de exigencia está subiendo.

¿Cuál es tu "no negociable"?
La honestidad. Trato de ser muy claro con todos, porque la credibilidad es algo que, una vez perdida, no se recupera.

En el ámbito personal, ¿qué te apasiona?
Me apasiona construir cosas desde cero y ver el proceso. Por ejemplo, ahora tenemos un terreno vacío y, dentro de un año, vamos a tener cuatro showrooms, un taller, un café y más.

Empezar algo de la nada me motiva en todos los ámbitos de mi vida, ya sea traer una nueva marca o implementar un nuevo sistema informático.

Fotografía: Guillermo Fridman
Fotografía: Guillermo Fridman

¿Cuál sería el éxito para vos?
No te puedo decir todavía qué es el éxito; es el tiempo el que dirá si fuimos exitosos. Sí creo que estamos construyendo un camino que nos lleva hacia él. Nosotros tenemos que forjar nuestro propio éxito, y eso es lo que me apasiona. Cuando ingresamos, facturábamos cerca de US$ 80 millones, y hoy estamos en US$ 200 millones.

¿Te ves participando en política?
Me resuenan mucho los mensajes de varios presidentes que dicen que es muy fácil criticar desde afuera y no involucrarse. Me gustaría poder influir de manera positiva desde el lugar que me toque, porque Paraguay necesita gente capacitada, desinteresada y, sobre todo, patriota, que trabaje incansablemente para llevar al país a lo más alto. Tenemos las condiciones para estar en un nivel superior al actual. Estamos dando pasos importantes, pero podemos avanzar más rápido.

Vemos el ejemplo de Argentina y cómo logró dar un giro en una situación mucho más compleja que la nuestra.

¿Qué implementarías?
Decisiones basadas en el sentido común, reducir el tamaño del Estado y hacerlo más eficiente. Me gustaría poder ayudar donde sea necesario y fomentar que más personas se involucren en política.

¿Cómo ven las marcas globales del mundo motor a Paraguay?
Antes de que Milei asumiera en Argentina, Paraguay siempre fue la "niña bonita" de Sudamérica. Yo invito a los directivos a venir y conocer el país más allá de la capital; los llevamos a recorrer el campo y les mostramos todos los atractivos que tenemos.

Me gusta la frase "todo está por hacerse", pero la cambiaría por "todo lo que está se puede mejorar", porque hay mucho por hacer y aún más por optimizar.

¿En qué invertís?
Soy bastante tradicional. A lo largo de los años hicimos varios experimentos, como comprar y vender acciones y bonos, pero aprendimos que ese no es el camino. Hoy nos enfocamos en comprar y mantener, y en conocer bien los rubros en los que invertimos.

La verdad es que trato de concentrarme en el negocio, porque sería injusto distraerme comprando y vendiendo acciones. Además, cuido mucho el ahorro, porque cuando aparecen oportunidades, hay que estar listo.

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