Pommery: el champagne que reinventó la elegancia y hoy conquista a Paraguay
Pommery es una de las marcas más influyentes del mundo del champagne. Fundada en 1856, marcó un antes y un después cuando Madame Louise Pommery creó el primer champagne Brut, el estilo seco que domina el mercado global actual.
"Antes de 1874 todos los champagnes eran dulces. Madame Pommery fue la primera en imaginar un vino más fresco, refinado y fácil de beber. Ese fue el nacimiento del Brut, y cambió todo", relató Hadrien Patts, Export Manager Internacional de Pommery.
Viuda a los 38 años, Madame Pommery desafió los mandatos sociales de su época y convirtió una pequeña bodega en un imperio vitivinícola. Fue pionera en pagar a los viticultores antes de la vendimia para asegurarse uvas más maduras y reducir la necesidad de añadir azúcar.
Su visión no solo transformó el gusto del consumidor, sino también la arquitectura de Champagne, al construir una bodega monumental sobre canteras romanas que hoy se extiende por 18 kilómetros a 30 metros bajo tierra.
El consumidor paraguayo está descubriendo el champagne más allá de las celebraciones: lo busca como una bebida cotidiana, versátil y con historia.
En este contexto, Distribuidora Gloria impulsa en el país un catálogo que incluye el Brut Royal, la etiqueta insignia, la Rosé Brut y el Grand Cru Blanc de Blancs, además del formato Pommery Pop 200 ml pensado para regalos y ocasiones especiales.
Para los coleccionistas, la Cuvée 150 ofrece una edición limitada de solo 10.000 botellas, mientras que el Cuvée Louise representa la cima de la maison, elaborada únicamente en cosechas excepcionales con uvas de Avize, Cramant y Aÿ.
"Paraguay es un país clave. Aquí encontramos consumidores con gusto refinado y curiosidad por probar cosas nuevas", destacó Patts.
Con presencia en más de 140 países, la maison continúa expandiéndose sin perder su esencia. Más de 150 años después de su fundación, Pommery mantiene el mismo espíritu que impulsó a Madame Louise: elegancia, precisión y una apuesta permanente por la innovación.

La maison produce entre seis y siete millones de botellas cada año, manteniendo estándares de calidad excepcionales.
Su filosofía combina técnica, tradición y cuidado del detalle: desde llevar las uvas a la prensa en menos de 30 minutos hasta una reserva perpetua que aporta coherencia y complejidad al perfil de cada etiqueta.
"Así mantenemos el estilo Pommery: fresco, elegante, con burbujas finas y una estructura equilibrada", aseguró el Export Manager.
La sostenibilidad es un eje central del trabajo de la firma. Pommery cuenta con más de 850 hectáreas de viñedos en Francia, Portugal y Provenza, todos en conversión orgánica, con certificación de viticultura sostenible y una flota interna completamente eléctrica.