Paraguay podría generar US$ 1.000 millones con ventas de créditos de carbono
Paul Fernández Periodista
Paul Fernández Periodista
Paraguay, con su momento histórico, tiene la oportunidad de seguir generando crecimiento y desarrollo económico potenciando sectores tradicionales y apuntando otros que emergen en medio de una mayor diversificación.
Víctor González, Director del Mercado de Carbono del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), destacó que los créditos de carbono representan uno de los rubros con mayor potencial para diversificar la matriz exportadora del país, abriendo nuevas oportunidades dentro de la economía verde.
Esta oportunidad se desprende de la creación de la Ley 7190 de Créditos de Carbono, que salió hace algunos años, una normativa que le da un marco operativo a los mercados, tanto el voluntario como el regulado, sentando las bases para que nuestro país empiece a interactuar con los mismos.
Explicó que el mercado de carbono surgió en el 2005, desde que se implementó el conocido protocolo de Kioto, un acuerdo de 1997 para combatir el cambio climático reduciendo los gases de efecto invernadero. En el mismo, todos los países se comprometen a reducirlos, siendo uno de los mecanismos la adquisición de estos créditos.
"Estos créditos de carbono representan una unidad específica. Un crédito de carbono es una tonelada de gases de efecto invernadero reducido o evitado", dijo el experto.
Indicó que la mecánica funciona de la siguiente manera: se realizan proyectos de mitigación en un área en específica sobre un sector en específico, los cuales se presentan ante estándares de certificación internacional, para su proceso de validación. Una vez terminado este proceso, se registran y se emiten.

González indicó que una vez emitidos los créditos, ya son transaccionales, ya sea en el mercado voluntario, donde las empresas privadas, por una política de responsabilidad social y ambiental adquieren estos productos construyendo su camino a la huella de carbono neutral, o en el regulado, donde las negociaciones se realizan entre países en el marco de su compromiso ante la Convención Marco de las Naciones Unidas del Cambio Climático, del cual Paraguay es signatario y lo ratificó a través de la firma del Acuerdo de París en el 2015, de reducir sus emisiones.
"Estas transacciones que se dan ya entre países a través de acuerdos bilaterales como el que Paraguay firmó con Singapur o con Taiwán", dijo al momento de agregar que se crean mecanismos de autorización de transferencia y ajustes contables a los inventarios de gases de efecto invernadero, para el país que adquirió los créditos y los que vendió.
La ley, básicamente, sienta las bases para dotar de una seguridad comercial, financiera y jurídica a las inversiones que se hagan en el país.
González mencionó que en el caso de Paraguay, la normativa incluye la salvedad de que reconoce al titular privado para que pueda transaccionar los créditos, no sólo en el mercado voluntario, sino también en el regulado, lo cual es sumamente importante teniendo en cuenta que son pocos los países que permiten esto.
El Director indicó que el mercado de créditos de carbono es muy importante para el país dado que puede llegar a mover hasta US$ 1.000 millones o incluso más. Explicó que es importante entender que se manejan precios distintos de acuerdo al mercado y se fijan como cualquier otro producto, de acuerdo a la dinámica de la oferta y la demanda.
En el caso del mercado regulado, dijo que tuvo sus oscilaciones y, en un proyecto forestal, los créditos de carbono pueden llegar a costar entre US$ 5 a US$ 10 por cada crédito, mientras que en la transacción entre países, los precios pueden mejorar dada la relevancia del intercambio.
"Ahí estaríamos hablando entre US$ 20 a US$ 30, pero eso depende también del tipo de crédito de carbono. No es lo mismo un crédito de carbono que salga de un proyecto forestal, que un crédito de carbono que salga de un proyecto de captura directa del sector industrial o un crédito de carbono que salga del sector transporte", acotó.
En este último caso, dijo que cambiar una flota de buses de combustibles fósiles a movilidad eléctrica tiene un impacto mayor dado que además de reducir emisiones, se evitan. Teniendo en cuenta esto, mencionó que existen proyectos pueden tener incluso un valor de US$ 890.

Respecto a la potencialidad del país, González explicó que puede lograr tomando en cuenta toda la capacidad forestal, más toda la cobertura de bosques nativos, además de la capacidad de recuperar ciertos sectores de gran importancia en cuanto a diversidad y, además, considerando la capacidad industrial, ganadera y agrícola, donde se pueden aplicar y se aplican importantes prácticas sostenibles.
"Estamos hablando de una gran cantidad de créditos de carbono y a su vez un gran potencial financiero para el país, como una diversificación. La ley no pretende en ningún momento suplantar ningún método de producción, sino que al contrario, lo que buscamos con esto es cambiar una política de conservación punitiva a una política de conservación retributiva para reconocer al sector productivo los esfuerzos, que de hecho ya lo hace hoy en día en cuanto a manejo sostenible de los recursos. Es monetizar esos esfuerzos", agregó.
Además de los acuerdos firmados con Singapur y Taiwán, el Director mencionó que existen proyectos en Paraguay donde ya se vendieron créditos de carbono, que ya pasaron por todo el proceso de validación para que puedan ser transaccionados, principalmente en el mercado voluntario.
"Lo que nosotros estamos apuntando a que ocurra entre este año y comenzado el año entrante, es a que ya se puedan transaccionar en el mercado regulado a través de estos acuerdos bilaterales que firmamos", aseguró.
Si bien no existen datos exactos que den el panorama de lo negociado hasta ahora, explicó que ya están recabando información y trabajando en el proceso de comunicación. No obstante, aseguró que los números ya son incluso interesantes, con una estimación que supera el US$ 1 millón.
González aclaró que si bien Paraguay tiene una potencialidad muy alta, esto incluso se da en un escenario donde no arriesga su compromiso de reducir sus emisiones dado que ni el país, ni las empresas, ni los particulares paraguayos son sujetos obligados a adquirir dichos créditos.
Esto se debe a que el país cuenta con bajísimas emisiones comparadas con el resto del mundo dado que representa sólo el 0,07% de las emisiones netas globales. "Por lo tanto, Paraguay no va a tener nunca un impuesto al carbono ni un sistema de compensaciones, como sí lo tienen la mayor parte de los países más industrializados", acotó.

No obstante, también refirió que todos los países, de manera voluntaria, a partir del 2015, se comprometieron a disminuir un porcentaje de sus emisiones. En el caso de Paraguay, el compromiso es del 20%, una meta que, según el Director, está controlada.
Explicó que existen países con mayores ambiciones en cuanto a sus compromisos, Brasil y China con un 60%, que no llegarán con acciones propias de mitigación dentro de sus territorios por lo cual deberán optar por adquirir los créditos.
En ese contexto, indicó que existen empresas de estos países que se volvieron también sujetos obligados, dado que se pusieron límites a las emisiones donde para no pagar impuestos al carbono deberán adquirir los certificados.
"Paraguay lo que está haciendo es crear la moneda con la que esas personas van a poder pagar o compensar sus obligaciones", acotó.
González explicó que los créditos de carbono surgen a partir de proyectos de mitigación que se realizan en Paraguay. Para dar un ejemplo, indicó que si una persona decide hacer una reforestación, y el mismo ingresa en el mercado de un proyecto de donde se calcula cuántas toneladas de gases se van a capturar o se van a evitar emitir al no hacer un desmonte, se traduce en créditos de carbono que se pueden comercializar.
Recalcó que los mismos pueden ser comercializados en el mercado voluntario, donde existe una relación sólo entre privados y, el Estado, lo que hace es registrar y otorgar todas las garantías para apoyar la operación.
"Cuando estamos hablando ya del mercado regulado, los propietarios de los créditos de carbono solicitan acceder al mecanismo de los acuerdos bilaterales ya firmados, para que Paraguay transfiera esos créditos. El país receptor comunica que ha recibido estas deducciones y hace su informe respectivo a la Convención Marco de las Naciones Unidas", acotó.
De esa misma manera, Paraguay ajusta su contabilidad nacional, quitando las reducciones de emisiones que fueron comercializadas. González recalcó que el trabajo de su Dirección es mantener un control constante sobre la meta que tiene Paraguay versus las transacciones que se realizan, principalmente, en el mercado regulado.

El control, aseguró, es estricto, dado que una vez que se llega al saldo, ya no se pueden transferir dado que también se debe llegar a la meta. "Evidentemente la operación no es realizable si es que afecta a tu meta", indicó.
Explicó que tanto su Dirección, en el marco de las operaciones del Gobierno, ya delimitó las líneas de acción que llevarán adelante para cumplir con la meta acordada, asegurando la disponibilidad suficiente de créditos de carbono que podrán ser transferidos.
Comentó que la ley paraguaya también establece que del total obtenido en los proyectos, se debe retener un 10%, para seguir en línea con el compromiso realizado. Respecto a los países que tienen interés de adquirir créditos de carbono de Paraguay, aseguró que están Japón, Corea, Emiratos Árabes, además de las conversaciones que ya existen con la Unión Europea.