"El mejor antídoto contra la pobreza es el crecimiento económico"
En un momento crucial para Paraguay, tras la obtención del Grado de Inversión, Enrique Duarte, Presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), reflexiona sobre el camino que el país debe seguir para consolidar este logro y transformarlo en una plataforma para un crecimiento económico más sólido y equitativo. En esta entrevista, Duarte aborda los desafíos que enfrentan tanto el sector público como el privado para mantener y aprovechar este estatus, y plantea las estrategias necesarias para llevar a la industria local al siguiente nivel, apoyar a las pequeñas y medianas empresas, y garantizar que los beneficios del crecimiento macroeconómico lleguen a todos los ciudadanos.
La obtención del Grado de Inversión es un hecho muy positivo para el país, lo que sin duda nos posiciona en la mira de inversionistas y capitales extranjeros. Ahora, hacer que el grado se materialice de facto en mayores y mejores inversiones genera muchos desafíos para los sectores público y privado.
Para aprovechar este estatus, debemos seguir promoviendo y mejorando el clima de inversión estable, ofreciendo garantías legales y económicas que fortalezcan la seguridad de las inversiones; diversificar la economía, fomentando la inversión en sectores con alto potencial de crecimiento como las energías renovables, la tecnología y la manufactura avanzada. Está demostrado que este es el camino para consolidar el proceso y mejorar la infraestructura, invirtiendo en transporte y logística para facilitar el comercio y atraer más inversiones. Además, debemos asegurar una infraestructura energética en los polos de desarrollo.
Espero que esta nueva calificación abra paso a la acción conjunta entre los actores locales.
Primero que nada, hay que cuidar lo que se construyó a lo largo de los años. Que Paraguay haya obtenido el Grado de Inversión refleja una confianza de la comunidad internacional en el sendero que se encuentra caminando el país. Es por eso que debemos cuidar más que nunca las sólidas políticas económicas que permitieron esto y las reformas que se implementaron. Mantener una baja inflación, custodiar la política macro financiera y preservar un manejo sostenible de las finanzas públicas son requisitos indispensables para no perder lo construido; mantener una política fiscal prudente que evite el endeudamiento excesivo. Desde hace décadas que el país se ha caracterizado por unas cuentas macro-fiscales equilibradas; pero debemos tener cuidado.
Esto también requiere diversificar el financiamiento público profundizando el mercado financiero local, de manera a ser aún más resilientes frente a shocks externos.
Además, es clave priorizar el fortalecimiento de las instituciones, asegurar la transparencia y la eficiencia en la administración pública y en la lucha contra la corrupción. Tenemos mucho por hacer en este sentido. Se ha avanzado, pero es necesario consolidar procesos y reformas estructurales en el sistema judicial, laboral y educativo para mejorar la competitividad del país. Tenemos todavía problemas básicos con el catastro, tenemos a muchos trabajadores que no acceden a los derechos laborales y nuestro sistema educativo debe dar un salto cualitativo significativo.
Por otro lado, debemos apuntar a elevar el crecimiento económico, diversificando la matriz productiva, generando mayor desarrollo social y ampliando la inversión pública y privada.
La industria local ha transitado un camino exitoso en los últimos 30 años. Esta se ha expandido en términos productivos y de empleo, además de lograr una inserción externa favorable a través de sus exportaciones. Actualmente, el sector industrial paraguayo se encuentra bastante especializado en la agroindustria y el sector químico, por lo que tiene un perfil de manufactura ligera. El siguiente nivel requerirá quizás profundizar en la industria de procesos, a través de la incorporación de más innovación y tecnología, y promover la investigación y desarrollo; la capacitación y formación de nuestro capital humano, para que adquiera habilidades técnicas y de gestión.
Con esto, podremos tener más acceso a mercados internacionales y facilitar la integración de las empresas locales en las cadenas de valor globales.
Las micro, pequeñas y medianas empresas son un pilar fundamental en el desarrollo del país en su totalidad. Como se sabe, el grueso del empleo está concentrado en estas unidades económicas, por lo que cumplen un rol social primordial. No podemos pensar en un modelo de país sin incluir a las mipymes. En consonancia con la pregunta anterior, llevar a la industria al siguiente nivel también hace partícipe a este segmento.
En el mundo de hoy, donde existe mucha diferenciación de productos y nichos de mercado, las pequeñas empresas pueden insertarse en las cadenas de valor y elevar su productividad. Estas pueden ser apoyadas a través de servicios especializados y capacitación, mejores condiciones de financiación, mejor coordinación entre empresas, un mayor acceso a tecnología e incentivos para su formalización. Desde la Unión Industrial Paraguaya, trabajamos mucho en stos aspectos. Sin duda, realizar políticas públicas para estas unidades generará un mayor acercamiento a estas, lo que permitirá entender aún mejor su contexto y sus obstáculos, de forma a focalizar mejor las políticas y lograr mayores grados de formalización.
"El déficit en infraestructura puede representar uno de los cuellos de botella para la expansión económica".
Bajar al ciudadano el crecimiento macro está ligado plenamente a la calidad del empleo y al aumento de la productividad. Si bien el país ha logrado un avance considerable en la diversificación de su tejido productivo, aún es insuficiente. Paraguay sigue siendo un país muy vinculado a la producción y exportación de commodities, donde gran parte de la población activa se inserta en sectores de subsistencia y baja productividad.
Generar mejores empleos de mayores ingresos requiere avanzar hacia una transformación más significativa de la estructura productiva. El cambio estructural, hacia sectores más capitalizados, y en acompañamiento de las pequeñas y medianas empresas, va a permitir que la gran mayoría sienta aún más el crecimiento del producto, a través de su inclusión en los sectores modernos. La transformación productiva debe ser prioridad en la agenda país.
A largo plazo, el mejor antídoto contra la pobreza es el crecimiento económico. Por esta razón, hay que ser conscientes de que para reducir considerablemente la pobreza hay que seguir creciendo y a mayores tasas de las que venimos experimentando. En este sentido, el sector industrial cumple un papel imperativo, al ser uno de los sectores económicos con menor incidencia en la generación de la pobreza y, por el contrario, de mayor tasa de formalización en el país. Aun así, en el corto y mediano plazo hay un margen considerable de actuación.
No solo el PIB por habitante determina la tasa de pobreza como país. Aquí es donde entra el rol de las políticas públicas más focalizadas y de la distribución del ingreso.
También los programas de transferencia condicionada a las familias más vulnerables, condicionadas a la asistencia escolar y acceso a salud son claves para aliviar el problema de corto plazo de las familias (el hambre), pero al mismo tiempo mejoran el capital humano de los hijos (con el aumento en la escolaridad y vacunaciones preventivas, entre otros factores).
Otra área fundamental para el país es el desarrollo rural, mediante la inversión en infraestructura, apoyo a la agricultura y sobre todo promover procesos de industrialización en las áreas rurales. Campo 9 es un ejemplo de ello para mejorar el acceso a la educación y la formación profesional para aumentar las oportunidades de empleo. Debemos aprovechar al máximo los recursos de Snpp, Sinafocal y promover una educación media orientada a la empleabilidad.
Eso depende mucho del ciclo económico y el ritmo de expansión de la actividad, pero también hay que tener en cuenta qué tipo de empleos se están generando. Aunque los empleos de subsistencia funcionan como una válvula de escape para los ciudadanos, creo que debemos centrarnos no solo en generar más, sino en crear mejores empleos.
Una buena estrategia es ampliar los sectores que poseen una tasa de productividad alta por trabajador, lo que se encuentra ligado inevitablemente a la expansión industrial del país, al ser el sector de mayor productividad. Consensuar reformas entre los actores públicos y privados, que permitan mayores inversiones industriales, va por este camino.
A la par se podría promover la inversión extranjera directa en sectores con alto potencial de generación de empleo. El Grado de Inversión ayudará, pero necesitamos dar pasos decisivos hacia mejoras en la institucionalidad; la formación y capacitación para que los trabajadores adquieran habilidades demandadas por el mercado laboral y el fomento al emprendimiento para la creación de nuevas empresas a través de incentivos fiscales y apoyo financiero.
Este es uno de los principales desafíos del país. Con la posible llegada de grandes inversiones, el déficit en infraestructura puede representar uno de los grandes cuellos de botella para la expansión económica. La infraestructura logística y de transporte debe ampliarse y modernizarse radicalmente, por ejemplo, con la circulación a nivel nacional de los bitrenes. Para esto, no solo deben mejorarse y expandirse las rutas por vía terrestre, sino también adecuar los puertos y aeropuertos del país a los estándares internacionales.
También debe contemplarse el desarrollo y la implementación de un plan maestro de infraestructura que priorice proyectos clave de transporte y logística, el plan debe socializarse y permitir a la ciudadanía que lo monitoree.
Finalmente, las asociaciones público-privadas fomentarán las inversiones que permitan compartir riesgos y recursos. La digitalización y la sistematización de los procesos logísticos también requieren revisiones y mejoras sustanciales.
La UIP se enfoca en analizar los procesos institucionales independientemente de los gobiernos de turno. Sin embargo, hemos notado que la nueva administración que inició en agosto de 2023 desplegó una serie de medidas interesantes como la creación del MEF y la Dnit, la promulgación de la ley que crea la Superintendencia de Jubilaciones y Pensiones y más recientemente ha logrado para el país el Grado de Inversión, entre otros.
Al mismo tiempo, se han implementado ciertas reglamentaciones de manera descoordinada que hemos señalado y trabajado con las entidades correspondientes. De igual forma, las decisiones que se toman en otros poderes del Estado también impactan, como el proyecto de ley para la rendición de cuentas de las organizaciones sin fines de lucro que puedan limitar la cooperación internacional o inclusive ciertas medidas cautelares impuestas por la Corte Suprema de Justicia que perforan el sistema regulatorio paraguayo.
Por ello, es importante mantener un canal de comunicación permanente con el Estado para impulsar e implementar políticas públicas que mejoran la calidad de vida de los paraguayos.