Tim Treadgold Colaborador
La mujer más rica de Australia, la empresaria del hierro Gina Rinehart, sumó un nuevo título a su nombre. Ahora también es multimillonaria gracias a las tierras raras. El uso de estos metales por parte de China como herramienta en su guerra comercial con Estados Unidos disparó el valor de las inversiones de Rinehart en este sector. En los últimos seis meses, esos activos superaron los US$ 2.500 millones, impulsados por la demanda de materiales clave para la tecnología.
Más llamativo que sus activos de hierro en Australia es el creciente interés de Gina Rinehart por elementos exóticos como el neodimio y el disprosio. Estos metales tienen aplicaciones tanto comerciales como militares, entre ellas, sistemas de guía para cohetes.
A principios de esta semana, su empresa privada, Hancock Prospecting, invirtió US$ 11,5 millones en una ampliación de capital de St George Mining, que posee un prometedor yacimiento de tierras raras en Brasil.
La participación en St. George es modesta si se la compara con el 8,5% que también tiene en MP Materials y en Lynas Rare Earths, los mayores productores de tierras raras de Estados Unidos y Australia, respectivamente, en un negocio que sigue bajo el dominio de China.
El valor de las inversiones de Rinehart en MP y Lynas, que fue acumulando en silencio durante los últimos diez años, se disparó este año con el recrudecimiento de la guerra comercial. La tensión escaló tras la amenaza de China de aislar a Estados Unidos y la respuesta estadounidense con la posibilidad de aplicar nuevos aranceles a las exportaciones chinas.
Subió un 500% y un 225%
MP, la empresa que opera la mina Mountain Pass en California, cotizaba a US$ 16 por acción en enero, pero subió casi un 500% y ahora se vende a US$ 95. Ese salto estuvo impulsado por una inversión directa del gobierno de Estados Unidos, que busca desarrollar una cadena de suministro nacional de tierras raras.
Lynas, que explota la mina Mount Weld en Australia Occidental, subió un 225% desde principios de año y actualmente cotiza a US$ 13,90.
Además de sus inversiones en MP, Lynas y ahora St. George, Rinehart también tiene participación en otra empresa australiana del sector: Arafura Resources.
Los vínculos personales cercanos con Estados Unidos y una visión temprana sobre las tácticas agresivas que emplea China para afianzar su control del mercado de tierras raras son claves en la estrategia de Gina Rinehart en este sector.
En paralelo, la relación entre Australia y Estados Unidos en el negocio de las tierras raras se profundizó la semana pasada, cuando Lynas cerró una alianza con Noveon Magnetics, una empresa con sede en Texas, para desarrollar una cadena de producción nacional en territorio estadounidense.
Las compañías anunciaron en un comunicado que colaborarán en la producción de imanes permanentes destinados a clientes comerciales y del sector defensa en Estados Unidos.
Scott Dunn, director ejecutivo de Noveon, afirmó que la asociación con Lynas permitirá a ambas empresas aprovechar capacidades ya probadas y acelerar el desarrollo de una cadena de suministro nacional de imanes, segura y sostenible.
Por su parte, Amanda Lacaze, directora ejecutiva de Lynas, señaló que el acuerdo con Noveon refuerza su compromiso de construir un suministro confiable de tierras raras fuera de China.