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Rocío Galiano Marés, Representante Nacional / Fondo de Población de las Naciones
Columnistas

El poder del doble impulso

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Por Rocío Galiano Marés, Representante Nacional / Fondo de Población de las Naciones Unidas

13 Septiembre de 2024 23.00

Paraguay ofrece actualmente dos oportunidades significativas para su crecimiento económico y social: el bono demográfico y el bono femenino. Estas oportunidades, que pueden constituirse en un poderoso impulso para el desarrollo del país, requieren la pronta adopción de políticas públicas innovadoras y sostenibles para maximizar su potencial. 

De hecho, la transición demográfica rápida y sostenida que viene ocurriendo en Paraguay desde mediados del siglo pasado, producto de los cambios en los niveles de fecundidad, mortalidad y migraciones, impacta en el peso relativo de los diferentes grupos de edad y determina la planificación para el desarrollo sostenible del país.

El bono demográfico, que refiere a la ventaja económica que se obtiene cuando la proporción de la población en edad laboral supera a la económicamente dependiente (niñez, adolescencia y personas adultas mayores), enfoca su atención en el 25,4% de la población entre 15 y 29 años (INE, 2022). Desde esta perspectiva, Paraguay está en una posición privilegiada para aprovechar esta ventana de oportunidad, al encontrarse aún una parte importante de su población en el grupo de edad productiva. Paralelamente, y a un ritmo constante, aumenta el número de personas mayores, población que representará un tercio de la población en 2100 (CELADE, 2024), con sus propios desafíos en materia de política pública.

Mientras estos cambios se desarrollan, y para capitalizar esta oportunidad, es preciso invertir en educación y salud de calidad, empleo y protección social. 

Las políticas educativas deben garantizar a todas las personas jóvenes a través de becas, movilidad, apoyo educativo suplementario, cuidados, entre otras medidas la conclusión del ciclo secundario y el acceso a alternativas de educación superior o de formación técnico profesional alineadas con las necesidades del mercado laboral, promoviendo la innovación tecnológica y la inclusión digital. 

Por su parte, las políticas laborales son claves para una inserción en condiciones decentes, garantizando un contrato formal y el acceso a seguridad social y seguro de salud. Además, teniendo en cuenta que Paraguay registra la tasa más alta en el Cono Sur, la prevención del embarazo adolescente no intencional, constituye una prioridad para el aprovechamiento del bono demográfico, así como la atención de la salud mental, la prevención de adicciones y el acceso a atención médica oportuna. 

Por su parte, el bono femenino, o el beneficio económico que se obtiene por el incremento de la participación de la mujer en la actividad laboral, constituye también un potencial subutilizado. Debido a la carga desproporcionada de trabajo no remunerado que enfrentan las mujeres en Paraguay a lo largo de toda su vida, su participación en la economía es sumamente limitada, principalmente en la economía formal.

Para desbloquear el potencial del bono femenino, es crucial implementar políticas de cuidado que redistribuyan las tareas del hogar. Esto incluye, entre otras políticas, la creación de servicios de cuidado infantil accesibles y de calidad, horarios de trabajo flexibles e igualdad salarial. Promover la reasignación equitativa de las tareas del hogar entre hombres y mujeres, compartiendo responsabilidades de cuidado y tareas domésticas, es un elemento clave. Al reducir la carga del trabajo no remunerado y aumentar la participación femenina en el mercado laboral, no solo se avanza en la garantía de derechos de las mujeres al fortalecer su autonomía económica, sino también se colabora significativamente con el crecimiento económico y el bienestar social. 

A pesar de las oportunidades que representan ambos bonos, y de los avances que se han dado, el país enfrenta varios desafíos para aprovecharlas: invertir en educación de calidad y en programas de desarrollo de habilidades para jóvenes y mujeres; fortalecer los sistemas de salud y de cuidado para atender las necesidades de una población que envejece, incluyendo atención preventiva, curativa y paliativa; promover la participación de las mujeres en la fuerza laboral mediante políticas de cuidado y de promoción de formas de convivencia que favorezcan la corresponsabilidad en las tareas de cuidado y la igualdad de oportunidades; acelerar las intervenciones de formalización laboral vinculadas a seguridad social.

El bono demográfico y el bono femenino pueden propiciar el crecimiento económico, y, además, aportar de manera exponencial al desarrollo sostenible y equitativo y a la garantía de derechos de todas las personas, incluyendo a quienes se encuentran entre los grupos más vulnerabilizados. 

Invertir en el capital humano y en las políticas necesarias para aprovechar al máximo estas oportunidades demográficas únicas permitirá que Paraguay utilice el poder de este doble impulso para desbloquear un futuro en el que todas las personas tengan la oportunidad de contribuir al desarrollo y beneficiarse de él.

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